MENU

Fase Inicial – Leve

 Al principio los problemas de memoria pasan desapercibidos, y se culpabiliza al cansancio, distracción, a la edad o a una depresión. Solo determinadas acciones anormales son las que ponen de manifiesto que algo está sucediendo. Normalmente es la familia la que da la voz de alerta, ya que la persona enferma tiende a ocultar sus propios errores o fallos.

Una vez detectados estos fallos es importante que se acuda al médico de cabecera para procurar un diagnóstico lo antes posible. Es importante que el diagnóstico sea realizado por un neurólogo, y debemos procurar que éste sea el especialista al que nos deriven.

En cuanto a los síntomas más comunes en esta fase podemos destacar:

  • Afectación de la memoria inmediata: olvidos, gran dificultad para retener información, pero se recuerda perfectamente el pasado.
  • Pérdida de vocabulario, utilizando frases más cortas.
  • Perdida en la capacidad de concentración y falta de interés. Se pierde la espontaneidad aunque se conserva la autonomía en el entorno doméstico,
  • Desorientación temporal. No saben muy bien en qué día viven, la hora que es o el año.
  • Trastornos del sueño.
  • Sigue siendo autónomo para la realización de las actividades básicas de la vida diaria, pero necesitará una supervisión.
  • Cambios en la personalidad, que normalmente se manifiestan en aumento de los niveles de ansiedad, enfados frecuentes, agitación. Suelen evitar las reuniones sociales y buscan frecuentar lugares muy conocidos.

Esta fase es la más desconcertante para los familiares, hay mucha confusión, no se sabe muy bien dónde acudir, incluso dudamos de que la persona esté realmente enferma. Es importante conseguir el buen diagnóstico del enfermo, buscar información a cerca de la enfermedad y formarnos. No debemos olvidar que sigue siendo autónomo para la mayoría de las tareas, y que sólo necesita una supervisión. No debemos dar importancia a sus errores y reforzar positivamente sus logros. Es importante que siga haciendo sus actividades, favorecer y realizar cosas que le resulten agradables. Se debe ir creando una rutina para realizar las actividades de la vida diaria (tener unos horarios de comida, de levantarse y acostarse, etc.) esto facilitará el cuidado cuando avance la enfermedad. Es fundamental el ejercicio físico, dar largos paseos y fomentar los hábitos de vida saludables.

 

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. ACEPTAR